sábado, 26 de octubre de 2013

Invasión Siniestra en el ciniestro.

¡Orale! En la marquesina del Piojo Cinema anuncian Invasión siniestra, una película de Boris Karloff, el actor que obtuvo fama internacional interpretando al monstruo de Frankenstein ¡Ah caray! Pero no es una película de Universal. Ni siquiera es una "movie" gringa, es un bodrio molero made in México. 

Empiezan los créditos y la gente piensa que se equivocó de sala cuando aparece el nombre de Enrique Guzmán, el ídolo rocanrolero de la chaviza fresa setentera, pero da la casualidad que Enruco efectivamente es el muchacho chicho de la película gacha. 

Pues resulta que en un país europeo, una especie de Jack el destripador le anda dando cuello a muchachonas de moral distraída. Pero aquí  viene lo mero bueno, al más puro estilo de Ed Wood, aparece venida del espacio una nave. De ella sale un güerejo que se presume es un extraterrestre. Cómo que se me hace conocido ¡Ay güe...roooo! Pues si es Sergio Kleiner, el "primerísimo actor". Al ser testigo de cómo el asesino le rebana el cuello a sus víctimas, el marciano tiene la formidable idea de usarlo como achichincle. La idea aparte de ser bastante chafona ("cutre" dirían los españoles) carece de originalidad porque eso lo hemos visto en una infinidad de películas del Santo y otros luchadores.

Mientras tanto, el profe John Mayer (Karloff ya muy vetarro) exhibe ante un grupo de militares una máquina llena de foquitos bien paike que lanza un rayo laser, quesque un invento para ayudar a la humanidad pero los fulanos le dicen al doctor que estaría mejor usarla para andar de guerrosos. 

El destripador va a ver al profe Mayer con una cajita que contiene una especie de ente fantasmal,  el cual posee al viejillo. El Dr. Rosten (Quique Guzmán) anda de querendón con la sobrina del vetarro y se ve que se le cuecen la habas por cantarle esa que dice Acompáñame que tu amor es mi canción. La asistente deforme del profe le muestra a Rosten unas fórmulas bien pachecas que escribió el viejo y Rosten se avienta una frase de antología "Es una fórmula que habla sobre la energía pero esos signos extraños nunca los había visto" ¿O sea entonces cómo fregados les entendió?

La historia se enreda a un grado que ya no tiene pies ni cabeza. EL extraterrestre que se metió en el profe Mayer se la pasa quejándose de tener un cuerpo achacoso. El destripador sigue matando a chavalas de generoso escote y los aldeanos se preguntan si las muertitas que han encontrado fueron atacadas por un loco peligroso o por unos perros de Iztapalapa.

El Dr. Roster le sacatea a aceptar las insinuaciones cachondas de la ñora deforme que va a buscar consuelo en los brazos del destripador, quien por cierto está más feo que un chicle pisado. El tarugo en vez de darle cariño a la mujer que tiene cuerpo de tentación pero cara de arrepentimiento, la mata. Boris Karloff también ruega que ya se lo despachen para terminar de filmar tan asquerosa cinta.

Roster llega justo a tiempo para evitar que el destripador le tuerza el pescuezo a la sobrina del profe Mayer. El extraterrestre abandona el cuerpo del vejete y entra en la muchacha. Roster le dice que no lo vea tan gacho y le da sus cachetadones. 

En los cinco minutos finales, exorcizan a la chica, destruyen la máquina y el extraterrestre se regresa a su cantón.

FIN 

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